Era el día más feliz de su vida. Desde que murió su madre siendo una niña, su vida había cambiado. Su padre se volvió un hombre egoísta y huraño, se resguardaba en el alcohol y cuando llegaba a casa pagaba su desgracia dándole palizas. Le había obligado a casarse con Alfredo, un hombre quince años mayor que ella, pensaba que no podía ir a peor las cosas y las aceptó sin protestar, saldría de una casa llena de odio, menos mal que su madre no vivía para ver en lo que se ha convertido su padre y su vida. Pero su matrimonio aunque solo duro dos años fue tan desgraciado como su niñez, no solo tenía que aguantar a su marido sino que tenía casi siempre a su padre en casa. Un día la llaman del trabajo de Alfredo para darle la mala noticia, su marido se había caído de un andamio a treinta metros de altura, había muerto, menos mal que se lo comunicaron por teléfono, nada más colgar se hecho a reír pensando ¿malas noticias?. Estaba decidida a coger las riendas de su vida.
Pasaron cinco años de aquello, hacía un año que había conocido a Moisés, era un hombre bueno y trabajador, a su lado conoció la felicidad y decididos a emprender una vida juntos deciden casarse, pero Elena estaba triste, no sabía porque tardaban tanto..., no había aceptado que un accidente de trafico frustro su felicidad.
No hay comentarios:
Publicar un comentario