Julia se encontraba sentada en la comisaría contándole al inspector todo lo que le había dicho Adán, antes de entregarse a la policía.
>>Esta mañana salió de casa dando un portazo y maldiciendo su mala suerte, corrí tras él, pero fue inútil. Había pedido trabajo en comercios, obras y empresas de todo tipo, recibiendo la decepción de que nadie lo llamara, después de intentar la venta ambulante, que al final lo dejó por ser perseguido por gamberros y los propios comerciantes de la zona, dijo que solo le quedaba pedir y lo iba a probar antes de pasar a mayores, aunque sabía que iba a pasar mucha vergüenza, decía que debía de ser la única persona en el mundo que no tenía una estrella que le iluminara.
Estando sentado en la puerta del centro comercial con la cabeza gacha, veía como alguna persona le echaba algún euro, de repente siente un ruido extraño y cuando levanta la cabeza un enorme gato negro se abalanza hacia él arañándolo.- El inspector tiene que aguantar las ganas de reír, “imaginándose la situación”.- Le costó quitarse al gato unos cuantos arañazos, al día siguiente vuelve a probar fortuna haber si tiene más suerte, se queda dormido pues la noche la había pasado muy mal, cuando siente hacia el costado derecho una humedad que le despierta sobresaltado, no sabía donde se encontraba hasta que fue consciente de donde estaba, bueno... el caso es que un perro lo debió de confundir con un árbol.-El inspector echa una gran carcajada.-Julia lo mira de mal humor, pero no dice nada porque cuando se lo contó Adán a ella hizo lo propio.- Cansado de su situación se levanta tirando las cuatro monedas que le había dejado la gente y de muy mal humor se dijo a si mismo que pasaría a mayores.
Entonces decide robar el banco que se encuentra al lado del hospital. Lo cierto es que debió de ver muchas películas, porque se pone una media en la cabeza cuando entra al banco y con un palo en la mano dentro del bolsillo haciendo de pistola, entra todo nervioso, va hacia la caja y le dice a la chica que se encontraba detrás de ella. ESTO ES UN ATRACO. Según me decía le temblaba hasta la punta de los pelos, ¡¡¡ hay pobre Adán !!! unos chiquillos tiran unos petardos.- que susto me lleve me dijo Adán,- pensaba que era la policía que lo tenía acorralado, según me dijo le paso por la cabeza la película de Clint Eastwood . Quitándose la media, hecha a correr hacia la calle mirando en todas las direcciones ve una ambulancia con la puerta del conductor abierta, se dirige hacia ella y entra sin mirar ni pensar más.
El inspector se disculpa preguntándole si quería un café,- ya se imaginaba Julia que no podía más, pues su cara se lo estaba diciendo, aunque se metió en un despacho y cerro la puerta se oía las risas del inspector en toda la comisaría, todos quedaban mirando en la misma dirección. Vuelve con dos tazas de café en la mano y los ojos enaguados de tanto reír, se sienta y le incita a Julia que siga contando lo que paso.
Después de arrancar la ambulancia y dirigirse hacia la carretera a toda prisa, es cuando se da cuenta que lleva con él cuatro ancianos.- Tú no eres conductor de ambulancias, ¿verdad?,- le dice un anciano. Adán los mira sorprendido preguntándoles que hacían allí, Los ancianos le cuentan que todos los días va la ambulancia a recogerlos a sus casas para llevarlos al hospital hacer su tratamiento diario de rehabilitación y una vez acabados los llevan de vuelta a sus casas.
MIERDA, MIERDA Y MIERDA, ¿nos es tener mala suerte? Cuando yo digo que no tengo una estrella que me alumbre, ¿ y que podía hacer yo? Los lleve a su casa, lo cierto es que se lo pasaron bien, me pidieron que fuésemos a tomar un café, me contaron sus historias, es increíble las ganas de hablar que tenían, me dice Adán. Y esa es toda la historia.
Ven entrar por la puerta al gerente de la compañía de ambulancias con los ancianos y los familiares de éstos.- No vamos a presentar cargos, le dicen al inspector.
Transcurridos una hora un policía baja a los calabozos de la comisaría y le dice a Adán.- Tienes suerte amigo, parece que una estrella alumbra por ti, anda vamos.