sábado, 29 de septiembre de 2012

EN LA CARNICERIA DE ELIAS

Todos apretujados en aquel congelador.
Nos encontrábamos los clientes de la carnicería Elías. ¿Quién iba a pensar que robarían en una carnicería? Se preguntaba una de las gemelas que se encontraba dentro del congelador. Tras ocho horas aspirando las miserias del ser humano, (vómitos, orines, sudores, etc), sentimos las sirenas de la policía, nuestras voces son gritos desgarradores. Al fin abren la puerta y nos entra una bocanada de aire fresco.

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