miércoles, 26 de septiembre de 2012

UN MASAJE EN PRIMAVERA

Es un hermoso día de primavera. Salgo del agua pavoneándome al ver a dos chicas orientales. Llevan pantalones vaqueros y camisetas de manga larga, portan unas mochilas, no tardo en saber su contenido “qué pena, no verlas en bañador”. Se acercan y se ofrecen a darme un masaje, la verdad, si hubiera más gente diría qué no, pues soy muy tímido y más ante el género femenino, pero...    ¡demonios por qué no!.
Disfruto de un masaje a cuatro manos, me encuentro relajado y aunque no entiendo nada de sus conversaciones me río como un adolescente al tiempo que ellas sueltan unas carcajadas, después sonrío al pensar lo tonto que debo resultar y seguramente me están criticando y se ríen de mí, pero en este momento no me importa. Cuando se van a marchar les digo entre movimientos de manos si no les importa hacer unas fotos.
Miro hacía el chiringuito, veo a media docena de personas, un par de ellas me miran como quien ve a un loco, y seguramente piensan -el día está más para chaqueta que para bañador-. Me dirijo hacía mi coche y sonrío, lo mucho que voy a fardar con mis amigos cuando les enseñe las fotos.

No hay comentarios:

Publicar un comentario